Los japoneses también lloran..

Cuando el año pasado Honda comunicó que dejaba la F1, su presidente, en una multitudinaria rueda de prensa, lloró frente a los muchos medios de comunicación que ellos mismos habían reunido. Ayer, cuando el presidente de Toyotacomunicó en rueda de prensa que su firma dejaba laF1: también lloró. No sé si lloraron los presidentes de Subaru y Suzuki cuando, el pasado año, ambos anunciaron que se retiraban del mundialde rallies, pero lo que si es cierto es que, por lo visto, a los japoneses, cuando las cosas les van mal, lo primero que hacen es llorar en público. ¿Por qué? No tengo ni idea (y, la verdad, es que poco me importa) pero no deja de ser curiosa esta reacción que se dá, como podemos observar, entre los directivos japoneses.

Quienes si que deben estar llorando, y a moco tendido, deben ser los casi setecientos empleados (en su mayoría europeos) de la sede alemana (en Colonia) del equipo Toyota F1 que, a partir de hoy, ya no tienen trabajo ni muchas expectativas para encontrar otro. Algunos, muy pocos, me comentan, se han reciclado hacia otros sectores. Dos de ellos, que conozco y muy bien (no hace ni tres años que trabajábamos juntos) en el sector neumáticos: Tom se llama uno de ellos, ha encontrado empleo en un importante concesionario de una Marca alemana ubicado en el norte de Italia como responsable técnico: vamos, el que atiende a los clientes que llegan al taller...

Otro buen amigo, Alessandro, desde ayer, dispone de un contrato por una duración limitada de tres meses, en un equipo que sigue el campeonato alemán de turismos; el conocido DTM. Allí ayudará a montar los tres Audi que gestiona este preparador. Eso sí, una vez montados y listos para competir, prescindirán –ya se lo han dicho- de los servicios de Alessandro.

Para la gran mayoría de empleados de lo que era hasta ayer Toyota Motorsport, una vez  “liquidados” económicamente, pasarán a engrosar – es un decir- la lista del paro, ya que tampoco pueden ofrecerse al resto de equipos de la F1 que desde mitad de este mismo año, como primera medida para "abaratar" costes y poder así mantener su precaria supervivencia, han cerrado las puertas a posibles nuevas contrataciones.

Quizá sea esta y no otra, la razón por la que lloran los presidentes japoneses… Sin duda porqué les entristece ver como tanta gente por una decisión tomada al más alto nivel – tomada por ellos mismos-, se quedan sin trabajo y por tanto también sin ingresos… ¿No crees?

Y es que en el fondo -¿quién lo iba a decir?- los presidentes,y por lo visto, en particularmente, los de origen japonés, son seres tremendamente vulnerables…, que lloran sin cortarse un pelocuando son portadores de malas noticias como fue ayer el caso de Toyota y no hace tanto el de Honda, Subaru y Suzuki. El de Bridgestone también llorará, pero lo hará a finles del próximo año que es cuando vence su contrato como proveedor de neumáticos...